No sé si existe algo más pesado cuando se trabaja con la creación de contenidos que tener un bloqueo mental.
Pero no hablo de un bloqueo de esos que dices:
"Ay hoy no se me ocurre nada, no tengo ganas, dejémoslo para después..."
Me refiero a un verdadero bloqueo emocional y psicológico debido a problemas graves que te dificultan tomar el ritmo de tu vida diaria y a tomar en seria consideración si realmente vale la pena seguir con el esfuerzo.
Hace muchos meses me había propuesto crear una gran cantidad de cosas, entre ellas escribir semanalmente artículos que pudieran serles útiles sobre todo a las mujeres emprendedoras que tienen poco conocimiento y dinero para empezar, pero más flexibilidad con el tiempo para organizarse y empezar a aprender para hacer crecer su negocio digital.
¿Pero que pasó? nada... en serio que no pasó nada de nada porque me quedé allí. Con muchas ideas y pocas acciones.
Algunos problemas de salud y personales me obligaron a dejar a un lado el trabajo para concentrarme en otras cosas más importantes. La verdad es que tuve que decir que no a varios trabajos y "quedar mal" pensando en que podría con todo pero no fue así.
Llegué casi a tomarle resentimiento a mis proyectos como si fueran ellos los culpables.
Creí que no llegaría a tener más ideas ni ganas de trabajar. Sentarme de frente al teclado me molestaba y hasta quería darme de baja de mis redes sociales. Estaba matando la identidad "digital" que me había creado profesionalmente como forma de escape, pero no era la solución.
Y bueno, no quiero alargarme demasiado, puedo decir que estoy un poco mejor aunque hay circunstancias que no han cambiado y no cambiarán por el momento y tendré que convivir con ellas - como todos también, ¿quién no tiene una historia que contar?- pero aprendí una lección que quiero compartir contigo.
Nunca llegarán las circunstancias ideales para poder empezar a cumplir tus metas. Nunca vas a contar con todas las personas que quisieras que te apoyaran, nunca vas a sentirte lo suficientemente segura y capaz de crear algo significativo y nunca vas a sentirte perfectamente en forma para exponerte y demostrar quien eres.
Pero ahora viene lo bueno porque recuerda también esto:
Siempre podrás desarrollar nuevas cualidades después de atravezar grandes desafíos, siempre podrás contar con Dios si lo que haces está en armonía con sus principios, siempre vas a tener el poder de decidir qué hacer porque se pueden tomar varias direcciones para llegar a un mismo destino y sobre todo, siempre, siempre, siempre, tendrás algo que contar y transmitir porque no sabes a quien puedes ayudar con tu historia.
Así que si tú, como yó, estás atravezando o atravezaste un bloqueo que te tiene en "stand by" no por comodidad, sino porque estás tratando de sobrevivir a una caída que te dejó momentaneamente fuera de servicio, haz esto: Toma lápiz y papel y pon por escrito lo que sientes.
No estás obligado a publicarlo o compartirlo, pero úsalo como terapia. Desaloja de tu mente esos pensamientos agobiantes, no uses filtros.
Siempre tienes algo que escribir aunque pienses que no.
Tu cerebro necesita poner en orden esas emociones, los estudios demuestran que incluso las heridas físicas sanan más rápido cuando escribes tu dolor.
No necesitas ser escritora ni amante de la escritura, tampoco tener buena ortografía ni una hermosa caligrafía. A veces necesitamos escribir para sanar, no para agradar.
Si leíste este artículo y te sentiste identificada, por favor, compártelo con alguien.
Hasta la próxima querida mujer. 💜